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Chris Bullick.

Chris Bullick

Propietario de una agencia digital, aficionado al volante, ciclista ávido

keno

“Siempre harás una salida limpia.”

Bueno, ¿y ahora qué iba a hacer? Al haber salido con una hilera de motoristas en Harleys, no me esperaba ser capaz de entrar más rápidamente en la rotonda que el primer motorista delante de mí.

Soy un ciclista ávido. De hecho, probablemente pase tanto tiempo en bicicletas de montaña y carretera como en todas las motocicletas que tengo (o que me persuadan para dar una vuelta). Pero los ciclistas ávidos normalmente no lo pillan. Quizás se necesite montar en dos ruedas motorizados para “pillarlo”. Casi todos los ciclistas que conozco solo sienten desprecio hacia las bicicletas eléctricas: “es hacer trampas”. Un tipo que conozco que monta en bicicletas de competición las rechaza por completo. Ni tan siquiera es capaz de echarles un vistazo o de reconocer que las bicicletas eléctricas existen, ni mucho menos de pasar una pierna por encima de ellas.

Lo que he aprendido al usar la Gocycle es la parte del cerebro que estimula. No es la parte llena de dopamina que produce destrozar la bicicleta, sino la parte aficionada al volante de tu cerebro. Una reciente adquisición automovilística probablemente ayudase (AMG C63). Vale, entonces un motor eléctrico de 250 W no llegará nunca al mismo efecto que tienen el sonido y la furia del V8 en el C63 (una de las mejores razones de tener este coche), pero el sonido del motor eléctrico (con cierto parecido a Star Trek) y la sensación de “mano de Dios” cuando entra en acción producen exactamente el mismo efecto que el pequeño bramido programado del C63 cuando lo arrancas. Sencillamente, no puedes evitar sonreír. Tanto es así con la Gocycle que, de hecho, el equipo Gocycle, acostumbrado a hacer tantas demostraciones, lo llama la “sonrisa Gocycle”: nadie vuelve de una demostración sin ella.

Chris Bullick outside his marketing Agency having commuted to work on his Gocycle.

La Gocycle se convierte en un objeto que se desea tener cuanto más la conoces. Primero, es un tema de conversación brillante. Ya solo al ir a comprar un sándwich a la vuelta de la esquina de la oficina, sencillamente no puedo escapar si hay personas en las mesas de la terraza sin que alguien me pregunte por ella o la alabe. La metí en el maletero del C63 cuando necesitaba una reparación y, de esta forma, me evité toda la tediosa espera por alguien que te lleve a la oficina, la necesidad de pagar por un coche prestado y, por supuesto, el tráfico. Pero la Gocycle llamó más la atención en el concesionario que si hubiese entrado en un Mercedes con puertas de mariposa.

El otro motivo de la placentera propiedad es el diseño sin compromisos y la atención al detalle. Gocycle ha obtenido los mejores componentes disponibles y, cuando no podía encontrar exactamente lo idóneo, diseñaba algo mejor. Las ruedas PitStopWheel, por ejemplo. Con la bicicleta en el soporte, puedes extraer la rueda en unos tres segundos con una mano. Las horquillas unilaterales en ambos extremos de la bicicleta que lo permiten son puro diseño automovilístico en su mejor faceta. Para mí, evoca los aspectos prácticos de trabajar en un coche de Le Mans durante una parada en boxes y la ingeniosidad de diseño de un McLaren F1 (Richard Thorpe trabajó como ingeniero de diseño en coches de McLaren).

La otra característica que me impresiona mucho es el cambio de marchas y la electrónica que lo acompaña. En Gocycle han adaptado un juego de cambios internos de 3 velocidades de Shimano que funciona increíblemente bien. Tiene una medida de predicción al bajar de marcha. Cuando aceleras, puedes escoger el momento para subir de marcha, pero cuando vas más despacio, la bicicleta reducirá a segunda y, después, bajará sola a primera, igual que una caja automática buena en un coche. El gran beneficio de esto es que, a diferencia de los sistemas Derailleur instalados en la mayoría de bicicletas eléctricas, es imposible parar en los semáforos con la marcha incorrecta.

Chris Bullick riding his Gocycle.

Cualquier persona familiarizada con los cambios Derailleur sabe que incluso los ciclistas con más experiencia pueden sufrir sorpresas. Un cambio inesperado de los semáforos mientras subes rápidamente la marcha no te da tiempo a reducir y meter el cambio correcto para salir tras una parada: tienes que pedalear para conseguirlo. Vale, con una bicicleta eléctrica la salida desde cero recibe ayuda, pero el motor eléctrico trabajará al estar en la marcha incorrecta como lo harás tú, lo que no es bueno para la vida de la batería.

Con la Gocycle, no solo estarás en la marcha correcta, sino que el motor está instalado directamente en el cubo delantero, lo que separa lo que hace de lo que tú haces con los pedales. Así que, en realidad, es un sistema de tracción 2×2. Añádele control de tracción y obtienes la clase de sofisticación de accionamiento que podrías esperar de un Porsche Carrera 4. Siempre harás una salida limpia.

Que es lo que hice con las Harleys. Vale, todos sabemos que las Harleys no están diseñadas para virar. Pero aquel primer motorista en Harley “me la jugó” en la rotonda como si fuese Marc Márquez encontrándose a un piloto doblado en la cima de una vuelta de clasificación. Así que circulé por su parte exterior, con toneladas de agarre por parte de los “neumáticos” grandes y redondos de la Gocycle. Por tanto, salí de aquella rotonda de Guildford a la cabeza de un convoy de motoristas en Harleys con gafas de sol, flecos y tatuajes. Mantuve incluso el liderazgo las 100 yardas (~91 m) hasta subirme a la acera hacia la tienda de sándwiches. ¿Le saqué diversión al asunto? Puedes apostar que sí, aunque una muy automovilística.

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