La Gocycle es ideal para el sur de Francia, donde paso mucho tiempo. En Francia, sede del Tour de Francia, se respeta a los ciclistas, y siempre es un gran placer salir en esta bicicleta eléctrica única. Son geniales para ir de un lado a otro, no contaminan y tienen un aspecto fantástico.
Mi mujer, Marie, y yo las usamos el otro día para dar una vuelta por Saint-Tropez; era una forma tan sencilla de desplazarse. Las abrumadoras pendientes de Mónaco ya no suponen un problema; tan solo añade impulso y el estrés desaparece. Hace poco subí hasta el Casino de Montecarlo y fue coser y cantar.
El elegante diseño también encaja a la perfección con estas modernas calles. La Gocycle no es como ninguna otra bicicleta eléctrica, cuando la usas te sientes genial.
Cuando voy en una bicicleta normal, los motoristas me critican y me preguntan por qué no voy en Ferrari. Puede que cueste creerlo, pero no tengo ninguno, simplemente no soy persona de coches grandes. Pero con la Gocycle, ahora me preguntan: “¿qué es eso?”, y se quedan sorprendidos cuando, de repente, les paso volando cuando el semáforo cambia al verde.
Te sientes libre de cargas, seguro y, lo más importante quizás, ecológico. El camino correcto tiene que ser, definitivamente, el respeto al medio ambiente.
Con respecto a la tecnología, la bicicleta lleva sin duda la iniciativa: resistente, estable y se empaqueta muy fácilmente. No tarda nada en plegarse y entra perfectamente en una funda de transporte. Siempre he dudado de las bicis plegables, me preocupaba que las juntas se pudiesen aflojar al montar, pero en este caso no hay este tipo de problemas.
Gocycle ofrece la posibilidad de hacer ejercicio pero sin ejercer, ni de lejos, la misma presión sobre el corazón que una bicicleta normal. Es una manera extraordinaria de asegurarte de no perderte los placeres del ciclismo.
